El sábado pude disfrutar de un gran concierto. Hacía tiempo que no iba a ver a un gran artista o grupo internacional. Me llamó la atención que Sting, a quien sigo desde hace mucho tiempo, se había montado una gira él solito junto a la Royal Philarmonic Orchestra de Londres para interpretar todos sus éxitos en solitario y de la etapa Police. Buah!! Esto no me lo pierdo, pensé. Y por supuesto, no me decepcionó. Me encantó volver a escuchar todos esos temazos con arreglos orquestales espectaculares, dirigidos por Steve Mercurio.
El concierto fué en el Palacio de los Deportes de Madrid. Duró 3 horas, incluido intermedio de 20min, y Sting estuvo pletórico; encima, cada canción la presentaba enteramente en castellano y eso es un guiño que se agradece. El único fallo que siempre le veo al estadio es que le falta un poco de fuelle y la música no acaba por envolverte del todo, dando la sensación de que le falta volumen. Aún así se escuchó bien y el público sentado -que empezamos aplaudiendo tímidamente cada canción- acabamos votando tras los primeros 30 minutos.
El inicio no pudo ser más apoteósico: "If I ever lose my faith on you", seguido de "Everylittle thing she does is magic", "Englishman in New York" y "Roxanne". No hubo dudas de que iba a ser un gran concierto, interpretando canciones menos comerciales pero bien elegidas ya que empastaban perfectamente con una temática de orquesta, como "Russians", hasta temas rockeros que te costaba entender lo bien que sonaban a pesar de la caña rockera original, como "Next to you" o "She's to good for me". Y la mejor canción, para mi gusto, fue "Desert Rose", una de las últimas, con la gente saltando y dando palmas, djembes sin parar de sonar y todo el escenario bailando a ritmos arabescos.
Por último mencionar a Jo Lawry, la cantante y corista que deslumbró en varios momentos con una pedazo de voz que llegaba a eclipsar a sir Gordon Summers.